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Obama. Hillary.

Se supone que el New York Times apoya a Hillary Clinton en el proceso de primarias del Partido Demócrata para elegir a su candidato a la Presidencia de los Estados Unidos. O no, léase:

When the World Trade Center was attacked for the first time on Feb. 26, 1993, President Bill Clinton flew to New York to be briefed on the attack and the response by city, state and federal authorities. According to newly released White House calendars of Senator Hillary Rodham Clinton’s time as first lady, Mrs. Clinton stayed behind in Washington to attend a photo shoot with Parade magazine and a performance of “Jesus Christ Superstar.”

Seven years later, in October 2000, Mr. and Mrs. Clinton were enjoying a quiet weekend at their new home in Chappaqua, N.Y., when word came that the Cole, an American destroyer, had been attacked in a Yemen port. Mr. Clinton rushed back to the White House to deal with the crisis. Mrs. Clinton returned to the campaign trail in her run for the Senate. […]

Eso es parte de un artículo que sale hoy, comentando la publicación de toda la agenda pública de Hillary Clinton durante el periodo de Primera Dama. El aparato de campaña de Clinton quería demostrar que realmente Hillary está mucho más preparada que Barack Obama para reaccionar crisis internacionales, ataques terroristas o cracks económicos, pero les está saliendo el tiro por la culata.

Si pudiera votar en Estados Unidos voaría por Obama, por muchas razones a pesar de que obviamente no he leído todas su programa de propuestas, ni mucho menos.

Pero resumiendo me gustan su postura con respecto a Irak, su capacidad como orador (vídeo) y su actuación en los debates (sí, creo que los políticos tienen que saber hablar en público y no estar leyendo un papelajo), los apoyos de gente que admiro o que sigo y que el senador Obama ha ido cosechando a lo largo de meses y, especialmente, su propuesta, aunque no sé si podrá llevarla a cabo, de darle un vuelco a la política americana centrada en un Washington hiper-burocrático, aislado y que se regocija en sí mismo. Y porque, ya que Jed Bartlet no se presenta, molaría mucho que un tipo que se llama Barack Hussein Obama, hijo de un Keniata, no blanco y con un discurso como el suyo fuera el Presidente de los Estados Unidos, siento el romanticismo.

Como último apunte os recomiendo que sigáis a Eric Napoli, compañero de trabajo americano que sigue la campaña, con una cobertura un poco parcial pero muy exhaustiva. Y, cómo no, la Wikipedia.


No he escrito mucho sobre el apasionante proceso electoral estadounidense, a pesar de que la estoy siguiendo con bastante interés. Corrección: últimamente no he escrito nada en absoluto, ni sobre la campaña americana ni sobre la española, ni sobre nada de nada. Pero para variar estoy bastante, digamos, distraído con otras cosas. En fin, que intentaré escribir más, otra vez.