Derroteros
Sinceramente no sé que hacer con este blog. Ha pasado por muchas fases de despegue seguidas del inevitable aterrizaje (o descenso en barrena).
Lo limpio y le doy esplendor, actualizo el sotware y lo tengo al día en cuanto a plugins, etc, etc. Pero de nada sirve un blog si no se escribe, porque a pesar de lo que os digan por ahí, un blog es por encima de todo una hoja en blanco en la que soltar ideas con una forma u otra. O al menos eso esta página para mí.
En general, los derroteros que ha ido tomando a lo largo de su historia han estado muy relacionados con los altibajos de mi vida privada. Que es lo lógico, claro.
Ya llevo un año y medio en Madrid, trabajando en FON y prácticamente desde entonces he publicado menos de 30 posts. Sin embargo, he vivido mil historias que merecerían unas palabras y el mundo ha seguido con su despiadado ritmo. El problema es que en el trabajo paso demasiadas horas, y demasiado intensas, delante de un ordenador como para que cuando llego me apetezca hacer algo más que leer un rato o escuchar música. Además, desde hace unos meses han sucedido también otras cosas (felices) que han cambiado mis prioridades temporales.
Teniendo todo en cuenta, me he prometido a mi mismo (por enésima vez), darle un pequeñito empujón a esto, a ver si soy capaz.