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Otoño-invierno

Pasa tanto tiempo entre post y post que este está convirtiéndose prácticamente en un blog de temporada: tenemos el post de primavera-verano y el post de otoño-invierno. Así que hoy toca el post intimista otoño-invierno.

Hoy es mi segundo (primero laboral) día en Madrid tras unas cortas vacaciones. Vacaciones que se resumen fácilmente en un magnífico fin de semana en fiestas de Bilbao, tres días en Sevilla con la familia y cuatro días en Cádiz disfrutando del mar y del Sol intentando simplemente descansar.

Bilbao y la provincia de Vizcaya me parecieron una preciosidad, a pesar de estar que solo dediqué un día a hacer turismo, fue muy fructífero gracias Iurgi, que demostró dotes de gran guía en lo lúdico, lo cultural y lo gastronómico. Inacabables paisajes verdísimos, carreteras bordeando rías, museos imposibles y ermitas de dos siglos en alta mar. Un sitio para volver.

En Sevilla, lo normal, familia y amigos repartidos en monodosis para poder ver a todos. Y aún así hay mucha gente que se me escapa. Mi hermano está creciendo a pasos agigantados y es lo que más echo de menos de haberme ido a vivir fuera, perderme como se hace mayor. Supongo que será eso que llaman el ciclo de la vida.

Cádiz me ha gustado bastante. Era la primera vez que la visitaba (ya tiene delito) pero supongo que también se necesitará un lugareño para que te muestre esos oscuros rincones que tienen todas las ciudades. Otra vez será. Por mi parte, me pasé con Chewie casi los cuatro días tirados al sol, en La Caleta o en la piscina, acumulando melanina para el invierno.

En cuanto al trabajo en FON, el primer día ha sido algo duro, pero supongo que pasa lo mismo siempre que se vuelve de vacaciones. Lo mejor, como siempre, encontrarse con los compañeros y la cantidad de proyectos nuevos que siempre están abiertos en una empresa como esta.

Parece mentira, pero ya hace casi once meses que me vine a Madrid. Y la verdad es que no me puedo quejar. Madrid me trata bien. Es una ciudad única, nunca creí que me sentiría en casa (signifique eso lo que signifique) tan pronto. Además, Madrid en agosto ha sido todo un descubrimiento: con su Verbena de la Paloma en la calle, sus chotis, sus carreteras desiertas y sus Cabarets.

Espero que me siga tratando igual bien, o mejor, en la temporada entrante. Otoño-invierno.

PD: El propósito de actualizar el blog más a menudo sigue ahí. Pero del dicho al hecho…